Dos científicos de la Universidad de Washington (EE.UU.) se han aproximado a la comunicación telepática al lograr el movimiento involuntario de la mano de uno de ellos al recibir una orden ejecutada por el cerebro del otro. Este avance da pie a una futura tecnología de conexión cerebral bilateral que nos permita comunicarnos sin pronunciar palabra.
Los investigadores Rajesh Rao y Andrea Stocco se situaron en habitaciones separadas e idearon un juego de disparo en el que debían derribar un barco pirata que se movía por toda la pantalla. Uno de ellos se encontraba frente al juego en una de las habitaciones y debía ejecutar todos los movimientos excepto el de disparar, ya que era el otro científico quien debía pulsar esa tecla desde la otra sala.
Cuando Rao imaginaba la acción de disparar, el registro encefalográfico traducía la variación de ondas cerebrales en un comando que enviaba hasta la máquina conectada al cerebro de Rocco, que a su vez generaba un impulso nervioso que movía su mano. Sorprendentemente, la mano de Rocco actuaba de forma autómata ante las instrucciones del cerebro de Rao, que consiguió abatir el barco en la mitad de las ocasiones.
Tras haber dominado el control cerebral de las máquinas, el ser humano avanza hacia la transmisión de información entre personas, aunque por el momento sólo es factible la comunicación mental de tareas motoras simples.
Los investigadores Rajesh Rao y Andrea Stocco se situaron en habitaciones separadas e idearon un juego de disparo en el que debían derribar un barco pirata que se movía por toda la pantalla. Uno de ellos se encontraba frente al juego en una de las habitaciones y debía ejecutar todos los movimientos excepto el de disparar, ya que era el otro científico quien debía pulsar esa tecla desde la otra sala.
Cuando Rao imaginaba la acción de disparar, el registro encefalográfico traducía la variación de ondas cerebrales en un comando que enviaba hasta la máquina conectada al cerebro de Rocco, que a su vez generaba un impulso nervioso que movía su mano. Sorprendentemente, la mano de Rocco actuaba de forma autómata ante las instrucciones del cerebro de Rao, que consiguió abatir el barco en la mitad de las ocasiones.
Tras haber dominado el control cerebral de las máquinas, el ser humano avanza hacia la transmisión de información entre personas, aunque por el momento sólo es factible la comunicación mental de tareas motoras simples.
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