Ojos rojos, párpados caídos, ojos hinchados y círculos más oscuro bajo los ojos, piel pálida, más líneas finas o arrugas y comisuras de labios caídas. Esa sería la descripción más precisa del rostro de una persona que ha dormido mal. Además de que los sujetos faltos de sueño parecen más tristes. "Dado que el rostro contiene mucha información en la que los humanos basan sus interacciones, el aspecto de una persona cansada puede afectar a cómo les tratan los demás", asegura Tina Sundelin, que ha dado a conocer los resultados de su investigación en la prestigiosa revista Sleep. En sus experimentos trabajó con diez sujetos a los que analizó después de 8 horas de sueño y tras pasar 31 horas en vela, observando las diferencias.
La percepción de la cara involucra a una red de neuronas especializadas y es una de las habilidades de percepción más desarrolladas en humanos. El aspecto del rostro puede afectar a nuestros juicios sobre la honestidad, la agresividad e incluso al nivel de competencia de un individuo sin conocerlo, recuerdan los actores.
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