Entre los muchos males que trae el calentamiento global, se encuentra una pequeña ventaja; con el derretimiento de los glaciares alrededor del mundo emergen piezas arqueológicas congeladas durante miles de años. Uno de los raros tesoros arrojados por el hielo es una túnica intacta, de hace mil 600 años, encontrada en el glaciar Lendbreen en Noruega.
Marianne Vedeler, de la Universidad de Oslo, y Lise Bender Jørgensen, de la Universidad de Ciencia y Tecnología en Tondheim, son responsables del sorprendente hallazgo. Tras realizar la prueba del carbono 14, concluyeron que la prenda data del 230 al 390 DC, es decir, pertenece a la Edad de Hierro.
La túnica, descubierta a 2 mil metros sobre el nivel del mar, probablemente pertenecía a un cazador de renos. Le habría quedado a un hombre delgado, de aproximadamente 1.75m de estatura. Se trata de una pieza de lana, tejida en sarga diamante, con un cuello ancho y sin botones que se utilizaba a manera de suéter.
Sólo un puñado de túnicas como ésta han sobrevivido tanto tiempo en Europa. Sin duda, es un gran ejemplar que ayudará a descifrar la vestimenta, el diseño y la producción textil del primer milenio DC. Conforme avanza el calentamiento global, hallazgos como éste se harán cada vez más comunes.
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