martes, 24 de septiembre de 2013

Científicos españoles crean un nuevo ranking objetivo de la felicidad mundial

La Universidad Carlos III de Madrid ha desarrollado un nuevo índice de felicidad basado en flujos migratorios en lugar de fundamentarse en respuestas subjetivas a encuestas. Y según los resultados, Hong Kong, Singapur y Nueva Zelanda encabezan la lista de los países más felices del mundo, mientras que España ocupa el puesto 49º.

"El nuevo índice de felicidad se basa en lo que la gente hace en lugar de lo que dice", aseguran los autores a través de un comunicado de prensa. La hipótesis de partida es que un país al que todo el mundo quiere ir a vivir no puede ser muy infeliz. “Los flujos migratorios están muy vinculados a aspectos que la psicología relaciona con la felicidad; a partir de estos resultados, se puede construir un índice de felicidad que aporta valores más lógicos”, explica el profesor del departamento de Estadística de la UC3M, Juan de Dios Tena, que ha realizado el estudio junto a investigadores de la Universidad de las Islas Baleares y de la Universidad Católica del Norte (Chile).

En los primeros puestos de este ranking aparecen países como Hong Kong, Singapur, Nueva Zelanda, Suiza, Noruega, Israel, Corea del Sur, Suecia, Canadá o Australia, mientras que entre los últimos figuran Bolivia, Etiopía, Tanzania, Camerún, Senegal, Kenia, Nigeria, Afganistán, Sudáfrica o China. La nueva clasificación, dada a conocer en la decimocuarta edición de las Jornadas de Economía Internacional celebradas este verano en Palma de Mallorca, trata de evitar la subjetividad de los sondeos. En su lugar, se hace una estimación de en qué medida las decisiones de emigrar o no de las personas en diferentes países se ven influidas por variables que reflejan características económicas, sociales e institucionales de cada país y se elabora un ranking de felicidad de países a partir de dicha estimación.

"Las corrientes migratorias no solo dependen de la posibilidad de encontrar empleo, como se suele pensar, sino que también influyen la contaminación, el terrorismo o las desigualdades económicas, variables que la psicología considera como determinantes de la felicidad", comenta Juan de Dios Tena. La utilidad de este tipo de índices de la felicidad va mucho más allá de lo académico, según los investigadores, que apuntan que este tipo de estimaciones proporcionan una guía abierta para evaluar cualquier tipo de decisiones políticas. El bienestar de un país no se mide solo por su renta per cápita. Buenas políticas, apuntan, serían aquellas que incrementan el deseo de la gente por vivir en el país que las lleva a cabo; mientras que las malas son aquellas que reducen ese deseo.



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