miércoles, 14 de agosto de 2013

Cuento Corto: El Perro y el Lago.

Después de aquella sequía, años había demorado el lago en recuperar su caudal.
Miles de peces murieron por lo que la pescadería disminuyó prácticamente en un 100% en el lugar, el pueblo quedó en la ruina, ya que era su fuerte el área pesquera.
La gente emigraba a otros lugares, porque ya nadie podía sustentarse en aquel lugar, ya muerto. Sólo los viejos se quedaron, porque amaban su hogar y si este moría, ellos morían con el.
Nisiquiera los animales se quedaban, todo huían al ver como esta localidad se sumía en la miseria, en la pobreza, en la pena y el olvido.
Y todo esto, por la pérdida de su querido lago.

Pocos lo creían, pero se comentaba, que era por una maldición, lo de sequía y todas sus consecuencias. ¿Una maldición?, ¿quién creería en ese tipo de patrañas?.
Los niños, adultos, ancianos, hasta los perros creían en la maldición de lago y sólo una persona sabía la verdadera historia.
Uno de los más ancianos del lugar, decía haber estado presente el día en que empezó la maldición, sabía los porqués, los cómo, los cuando y los donde, y también sabía, cuando de verdad se revelaría esta maldición, esto estaba solo comenzando.

Un día, todas las puertas de los habitantes que quedaban fueron tocadas, con el aviso de que se reunieran en la plaza central del pueblo, porque El Viejo, iba a dar una información muy importante, todos se rehusaron, pero los mensajeros insistieron si cesar hasta tener a todos reunidos en torno al anciano.
Se mantuvo callado un par de minutos, como meditando si estaba bien o no decirles lo que estaba a punto de decir, hasta que por fin levantó la cabeza y se dirigió a la multitud.

“Se que creen que esto es mentira, que soy sólo un viejo inventando historias y que apenas recuerda su nombre, pero les diré algo, no recuerdo nisiquiera mi nombre, pero la maldición la llevo en cada célula de mi cuerpo.
Esa madrugada, la familia en cuestión comenzó una pelea que habría de durar horas, supongo que todos recuerdan el alboroto. Todo era por ese perro.
Ya había mordido a mucha gente, causado destrozos y no se comportaba ni con sus propios amos, solo con la niña.
La hija del matrimonio era a la única que el perro quería, y ella por supuesto, le correspondía a la salvaje criatura.
El pueblo completo quería matarlo, de manera sádica, o simplemente eutanasiarlo, por piedad, pero la niña y el perro, eran como uno, jamás se separaban y la pequeña amenazaba con que si el animal moría, ella se iba con él.
La discusión se prolongó horas, se escucharon algunos golpes y gritos por parte de la niña y el perro, y llanto, de todos los involucrados, hasta que al amanecer, se escuchó un disparo.
Todos salieron a la calle y rodearon la casa donde la explosión había sido detonada, expectantes afuera del lugar comenzaron a oír risas y gritos, elevarse al unísono, el miedo comenzó a apoderarse del cuerpo de los oyentes, cuando de repente la puerta se abre de golpe, el animal huye corriendo hacia el lago, la niña corriendo tras de el con el arma percutida en su mano izquierda, el la madre gritando apoyada en el marco de la puerta y el cadáver del padre se veía de lejos dentro de la casa.
El lago era muy profundo, y cualquier cosa que ahí caía, poco probable era que fuera encontrada.
La madre siguió al pequeño animal y al perro hacia el lago, hasta que vio que estos dos estaban detenidos a la orilla del lago.
La niña comenzó a hablar, con euforia, a la madre y al resto de la gente, que los había seguido desde lejos.
-         Les dije que si mi perro se iba, yo me iba a ir con él, como veo, ya no nos quieren más, ni en este lugar, ni en ningún lado, así que adiós.
Disparó una vez mas el arma, apuntando a su madre, la bala entró por su pecho, pero la mujer murió tan lentamente que alcanzó a ver como la niña por la fuerza del disparo, salía eyectada hacia atrás y el animal la seguía, los dos se hundieron en el lago y la mujer cayó muerta.”

Todos en silencio, impresionados por la historia, pasaron varios minutos antes de que la primera persona emprendiera el rumbo hacia su hogar. Los demás lo siguieron, cuando oyeron al viejo decir unas últimas palabras.

“Hoy se cumplen 20 años desde que esto sucedió, manténganse en sus casas y recen, recen todo lo que puedan”

Algunos rieron, otros se mostraron indiferentes ante esta última intervención del anciano, caminaron todos juntos en procesión, al pasar por el lado del lago, vieron a la niña parada a la orilla, mirándolos y riendo, todos los perros comenzaron a ladrar, aunque ya no había perros en el pueblo.


Hoy se cumplían 20 años.

2 comentarios: