miércoles, 4 de septiembre de 2013

El cerebro de los adictos al juego funciona inadecuadamente

Investigadores del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCyC) de la Universidad de Granada han analizado las similitudes y diferencias psicológicas y de funcionamiento cerebral que existen entre las personas adictas a la cocaína y las ludópatas. Los resultados revelan quelas personas adictas a los juegos de azar presentan anomalías en su funcionamiento cerebral que afectan a su capacidad de tomar decisiones.

En dos artículos, publicados recientemente en la revista Frontiers in Neuroscience, los científicos han corroborado mediante electroencefalografía (EEG) que la cocaína tiene efectos perjudiciales acumulativos sobre el funcionamiento de áreas del cerebro (cíngulo anterior y parte de la corteza prefrontal) necesarias para el correcto control de impulsos. 

Sin embargo, y aunque estos efectos negativos sobre el correcto control de impulsos no están presentes en los jugadores, puesto que su adicción no implica el uso de sustancias tóxicas, la investigación realizada en la UGR ha revelado que las personas adictas al juego sí que manifiestan otras anomalías en su funcionamiento cerebral, localizadas también en áreas de la corteza prefrontal. Estas anomalías están relacionadas con la gravedad del trastorno, y afectan a su capacidad de tomar decisiones. Concretamente, quienes las sufren toman "malas decisiones afectan al reconocimiento y valoración de las pérdidas que tienen esas personas, aún cuando dichas pérdidas no se refieren a asuntos monetarios", aseguran los autores.

Además, en los voluntarios que participaron en la investigación se observó también que la tendencia a tomar malas decisiones se incrementa significativamente cuando se experimentan emociones negativas como ansiedad o tristeza. 


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